Signo de proteccón y amparo, que su sombra nos cobije siempre, que su luz nos guíe y nos acoja

jueves, 22 de diciembre de 2011

Sol invictus, Saturnalias, bacanales y otras fiestas de invierno


Las Saturnalias, fiestas en honor del dios Saturno, se celebraban ya 2.000 años antes de nuestra era. Los romanos hacían ofrendas en honor a este dios, rogándole que volvieran los gloriosos días del verano, luego, durante la cena, intercambiaban regalos; vamos, igualito que ahora, solo que sin grandes almacenes y sin adornos horteras made in china.

Los seguidores de Mitra celebraban su fiesta el 25 de diciembre, el Sol Invictus, día del nacimiento de Mitra.

Los griegos celebraban su fiesta para honrar a Apolo, dios del sol.

También los aztecas celebraban una fiesta en honor del dios sol.

Los cristianos no han inventado nada, nada de nada; tampoco la navidad, pero copiando son los reyes del mambo.
Si Jesucristo nació, está claro que no fue en diciembre; resulta difícil imaginar a los pastores durmiendo al raso en el campo en esa fecha del año.
Las Escrituras revelan que al nacimiento de Jesús, los pastores estaban “en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche.” (Lucas 2:8) Esto nunca hubiera ocurrido en Judea durante el invierno. Durante ese tiempo, los pastores bajaban de la montaña sus rebaños y los llevan de los campos a los corrales alrededor del 15 de Octubre.

Pero..... andamos desactualizados y somos unos zoquetes; a causa de la precesión de los equinoccios, el momento del solsticio se ha ido adelantando y nosotros seguimos empeñados en el 24 de diciembre, y esa fecha ya no es correcta.

Los paganos celebraban y celebran (celebramos ) la fiesta de Yule en el solsticio.

Yo no me invento nada, así que os dejo unas citas:

"El 25 de Diciembre está mencionado en documentos como el día de la Navidad y se celebró por primera vez en el año 324 d. C. Esta festividad fue reconocida oficialmente bajo el gobierno del emperador romano Justiniano (en los años 500’s). Una antigua festividad romana jugó un papel importante en la elección de este día en particular. Diciembre 25 en la antigua Roma, era el ‘Dies Natali Invictus’, ‘el nacimiento del inconquistable’, el día del solsticio de invierno y al mismo tiempo, en Roma, el último día de la saturnalia, la cuál había degenerado desde hace mucho tiempo en una semana de un carnaval desenfrenado... (p. 331) "Werner Keller , La Biblia como historia.

..".En el mundo romano, la saturnalia era un tiempo de alegría y de intercambio de regalos El 25 de Diciembre, también estaba considerado como el nacimiento del dios del misterio iraní, Mitra, el sol de justicia. Durante el año nuevo romano, las casas eran decoradas con plantas verdes y luces y regalos eran dados a los niños. A estas costumbres, fueron añadidos los ritos alemanes y celtas de la Navidad... comida y diversión, el emblema de Navidad y los pasteles de Navidad, plantas verdes y el árbol, regalos y buenos deseos, todos conmemoraban diferentes aspectos de la temporada festiva. Fuegos y luces, símbolos de acogimiento y larga vida siempre han estado asociados con el festival de invierno, ambos, paganos y cristianos. (Vol. II, 1973) Enciclopedia Británica.

"La cristiandad no destruyó al paganismo, lo adoptó... de Egipto vino la idea de la divina trinidad... [y] la adoración de madre e hijo... de Frigia, vino la adoración a la Gran Madre... El ritual mitran, se parece estrechamente al sacrificio eucarístico de la misa con que los padres cristianos cargaban al diablo, con inventar estas similitudes para desviar mentes débiles. La cristiandad [actual] fue la última gran creación del antiguo mundo pagano. " (La Historia de la Civilización, p. 595) Will Durant.

En fin, felices fiestas para todos, y que cada cual la celebre a su manera.

jueves, 20 de octubre de 2011

La Virgen no es la Diosa


Es lo último que he leído de Gustavo Fernández. Como siempre, me ha gustado sin aburrirme, y me ha hecho reflexionar. Está claro que la Virgen María no es la Diosa, que una mujer sometida al patriarcado y obediente de principio a fin no es Ella. El lado salvaje de mi ser se retuerce y se rebela por lo tonta que soy a veces, por lo ligero de mi palabra. Os copio el artículo íntegro y resalto en negrita los párrafos que más me han hecho reflexionar.

LIBEREN A LA DIOSA

En ocasiones, las acciones no armónicas son más un pecado de omisión que de acción negativa. Por aquello de que “el camino del infierno está sembrado de buenas intenciones”, la costumbre de distribuir gratuitamente perdón y amor a diestra y siniestra alimenta monstruos y fantasmas. No se trata, siquiera, de seguir la huella de quien no hesitó en irrumpir a latigazo limpio entre los mercaderes del Templo; sólo, quizás, abrir los ojos y ver algunas realidades incómodas.

Escribí hace ya mucho tiempo que mientras religiones y creencias señalaban lícitos caminos de evolución espiritual, las “iglesias” (como dice su etimología, “ekklesía”: “reunión de hombres”), es decir, la institución construida por humanos alrededor de la creencia es, de por sí, herramienta muchas veces funcional al Sistema dominante. También muchas veces escribí (ver mi artículo “La doble moral de las iglesias: redescubriendo la Diosa Primordial”, en AFR Nº 128) que no es original (pero no por ello menos cierto) que ciertas instituciones (como la Católica) fueron útiles a la hora de imponer el “machismo social”, sepultar los ideales matriarcales y lunares, condenando al ostracismo a la feminidad espiritual. No seré redundante; con nostalgia descubro que luego de Dan Brown los demás, aunque lo hayamos escrito primero, paradójicamente llegamos tarde.

Sin embargo, si de veracidad histórica y evolución espiritual caminando tomados e la mano queremos hablar, toda oportunidad amerita señalar la manipulación ideológica a la que sistemáticamente es sometida la humanidad. En infinidad de cosas, es cierto. Aquí, sólo referiré una: reprimir, desviar, disipar la inocultable presencia de la Diosa y su efecto en estos tiempos.

He mentido. Prometí no ser redundante, pero no puedo resistirme a la tentación de serlo. De señalar, una y otra y otra vez, cómo el sistema es ineluctablemente machista en lo genérico, lo formal y lo simbólico. Todas las iglesias “masivas” (porque “grandes” es un adjetivo que quizás les quede ídem) han sometido ideológicamente a la mujer como acondicionamiento inevitable al sometimiento biológico y social. Ella, la mujer, a la cual (y no en todos los casos) superamos los hombres en fuerza física pues en los demás nos iguala o nos supera (piensen en la resistencia al dolor, por caso) han sido, por siglos, relegadas a esa blanda, pasiva y chillona imagen de película hollywoodense de los años ‘50. Y como explicara en aquél artículo de referencia, esto no es casual: tiene algo de conspiración.

¿Lobo está?

Ya se sabe: el truco del lobo disfrazado de piel de cordero no es nuevo. Pero seguirá siendo efectivo. En este caso, ahí tenemos un ejemplo: la Iglesia Católica “cobijando” la Magna Mater, el poderoso arquetipo femenino, expresión microcósmica de la grandeza macrocósmica de la Diosa, en ese ingenuo, pálido reflejo de la energía de la mujer que es la Virgen. Ejemplos colaterales del “manto de inclusión” sobran. En Argentina, por caso, la creencia popular y transgresora en la presencia espiritual de un gaucho difunto, Antonio Cruz Gil, ha comenzado a ser “aceptado” (¿ha comenzado a ser aceptado?) por una Iglesia que ya lo menciona en sus misas, allá en su localidad natal, Mercedes, en la provincia de Corrientes. Una actitud que algunos han interpretado como de apertura eclesiástica, o de una Iglesia que se aggiorna, o de una que comprende al pueblo.

Pero pregunto yo, iconoclasta al fin: ¿Y si hubiera otra intención? ¿Y si lo que se busca es descomprimir la energía de esa creencia popular al absorberla en la institución dominante? Se comprenderá mejor lo que quiero decir al vincularlo al dueto Diosa – Virgen María. Es lo que me pasó a mí mismo cuando, hace unas semanas y de visita en México, tuve oportunidad de ver la película “Las nieblas de Ávalon”. La recomiendo. En ella se propone con bastante originalidad una relectura del mito arturiano desde la óptica ya no machista de la Tabla Redonda sino tomando como protagonista principal a Morgana (si hay un rostro que expresa la magia de la mujer, ése es el de Julianna Margullies, la actriz que la encarna). Pues bien, las vicisitudes de la pobre Morgana acompañan el crecimiento de la religión cristiana en la región y, finalmente, el ocaso de la isla de Ávalon y el culto de la Diosa. Pero la película culmina con una idea peligrosamente seductora: que la devoción a la Diosa sigue presente en la devoción a la Virgen. Este ejemplo estaría evidenciado como pocos otros casos en el culto a la Virgen de Guadalupe. Otros han teorizado que se trata, en realidad, de la sublimación del antiquísimo culto a Tonantzintlalli, la Madre Tierra. Y que los cientos de miles de peregrinos que todos los años concurren a la basílica mexicana en realidad estarían continuando de modo simbólico el culto ancestral e indigenista a la Tierra. Es una buena explicación. Pero falla en un punto: la devota, el devoto que no tiene la menor idea de quién era Tonantzin o que, teniéndola, reniega de ella (¿cuántos mexicanos hay que aún hoy se avergüenzan de su pasado glorioso?) pone sus energías, de forma renovada y redoblada, en el contexto católico. Y, ¿por qué decía que era peligroso? Porque la semejanza entre ambas devociones comienza y termina en que el personaje central es femenino. Y nada más. Al culto intenso, visceral, aguerrido, fértil y sobre todo, independentista del hombre que es el culto a la Diosa se opone el culto a una mujer sufrida y sufriente, en eterno llanto y espera pero, sobre todo, subordinada a lo masculino por toda la eternidad: la Virgen María. Una expresión espiritual donde lo depresivo de la muerte campea hasta en su más común letanía (“Santa María madre de dios/ruega por nosotros/ ahora y en la hora de nuestra muerte…”) Para ponerlo de otra forma. Sostengo que no solamente el culto mariano no reemplaza, no sucede, no sublima el culto a la Diosa sino que, por el contrario y precisamente, es diseñado e impulsado para absorber y diluir las energías femeninas que de encontrar su canalización en el culto a la Diosa vivificarían la pulsión ancestral de recuperar una presencia matriarcal y lunar absolutamente peligrosa para el ideario patriarcal y solar, es decir, masculino. Toda mujer que devociona a una imagen pasiva y dominada alimenta el aspecto más entrópico de la feminidad: el bíblico, el de la mujer que debe seguir al hombre, que le debe subordinación hasta la estupidez, pensada y creada para engordar atada a cuatro paredes y su prole. La mujer independiente, lúcida, aguerridamente libre, activa y participativa pero, sobre todo, dueña de su vida, madre, mujer y ser espiritual al unísono sólo puede verse reflejada en un Arquetipo a la medida de sus sueños. El que brilla cuando libera a la Diosa interior.

Autor Gustavo Fernández.

De http://alfilodelarealidad.wordpress.com

Fotografía: Templo de Venus (Mérida, España )


domingo, 14 de agosto de 2011

Entre el cielo y la tierra


Somos hijos del cielo y de la tierra, en más de un sentido, no lo dudéis.

Esto implica muchas cosas. La primera y fundamental , aunque a veces no evidente, es que hemos de mantener un equilibrio entre ambas: ni vivir pegados a la tierra sin levantar la vista, ni vivir entre nubes pensando que va a ocurrir un fantástico cambio de conciencia que nos lo va a solucionar todo.

Ora et labora, dicho monacal que lleva toda la razón, Eleva tus plegarias a los dioses, a tu yo interno o a la virgen de los remedios, tanto da; pero a la vez trabaja en lo cotidiano, mejora tu vida y la de los demás de las formas en que esté a tu alcance.

La revolución será feminista o no será; pero también la revolución será espiritual o no será. Aunque una cosa está clara: hay viejas religiones que ya no nos sirven , que se han quedado a años luz de este siglo, que no se pueden conciliar con un mundo igualitario, un mundo nuevo que augura un prodigioso amanecer.

Entre cielo y tierra, manteniendo el equilibrio de los opuestos, entre cielo y tierra, jugando con esas dos energías, que son algo más real de lo que a veces creemos, que son algo hasta físico, y ahí es donde quiero llegar después de este rodeo casi filosófico.

Los antiguos estaban convencidos de que la tierra emana energías desde su centro, que estas se elevan verticalmente formando haces. Ellos la denominaban venas, ojos o aliento de dragón; en determinados puntos por donde estas energías se elevaban hasta la corteza terrestre se ubicaban los lugares sagrados, los puntos de poder.

La ciencia moderna ha estudiado y clasificado estas energías, denominándolas energías telúricas , redes geobiológicas y líneas Hartmann, entre otras. También podemos englobar en este grupo de fuerzas al magnetismo terrestre, de origen desconocido para la ciencia, pero de comprobada existencia.

Los animales son especialmente sensibles a estas líneas de energía telúrica, particularmente a las zonas en las que se producen los cruces de la red Hartmann. Según un estudio del apicultor Orlando Valega, " Por lo general, no gustan de estos lugares: vacas, caballos y perros. Tampoco gustan de ellas las aves de corral y los pájaros. Gustan de estas radiaciones : los gatos, las ratas, hormigas, abejas y avispas, arañas, serpientes, mosquitos y cucarachas". Este apicultor ha estudiado el comportamiento y las reacciones de las abejas ante estos lugares durante muchos años, y concluye que las abejas prefieren lugares " fuertemente impregnados, como las venas del Dragón ".


Asimismo, no es menos cierta la existencia de un flujo de energía que desde el cielo llega hasta la tierra. Por ejemplo los fotones y rayos cósmicos.

En la cosmología taoísta, la creación se produce por la conjunción de la energía celeste (Yang) y la terrestre (Ying); surge de la unión de ambas el estado de armonía que genera la energía creativa; ambas polaridades son necesarias.

Volviendo a la parte física de estas energías, parece ser que hay terrenos más permeables a las energías cósmicas que otros, lugares determinados donde ambas energías se entremezclan creando una fuerza nueva que participa de las dos que la generan pero que no es ninguna de las dos, ni una simple suma de ambas. Este hecho da lugar a sitios "especiales", mágicos si queréis, sitios concretos donde quizá nos sentimos diferentes, nos sentimos más..... nosotros mismos, como si hubiéramos estado mirando con unos lentes sucios y de pronto se hubieran limpiado.

Estos lugares pueden hacer que nuestra alma se transmute si estamos preparados para ello, si el tiempo es el correcto y confluye con el espacio.Todas las religiones y cultos han reconocido estos lugares y los han venerado, han edificado en ellos sus santuarios y han encaminado sus pasos hasta allí, en peregrinaciones o romerías; sí, el culto cristiano también. Han usurpado esos lugares que no podían eliminar, pero conscientes de que lo que representaban lo seguían representando, de que lo fundamental quedaba a salvo; poco importaba que un santuario de la Diosa se trasformase en la ermita de un santo cualquiera, poco importaba si, además, la fiesta de ese santo coincidía en el calendario con el del culto de esa Diosa particular.

Porque lo importante es el lugar (energía telúrica) y el día (el más adecuado para la energía cósmica sobre ese punto). Y pienso además que el cristianismo señaló de forma particular esos lugares especiales; sorprende cuantas imágenes de vírgenes aparecieron en el medievo en troncos de encinas, cuevas sagradas, pozos mágicos o fuentes milagrosas.... y siempre era una imagen de la virgen (La Señora de los mil nombres). Pensemos en una de sus representaciones : coronada de estrellas, con la luna a sus pies y la serpiente mordiendo su talón. Las estrellas sin duda son la energía cósmica, y la luna representa lo femenino, la tierra; pero para que no quede duda se añade el símbolo más representativo de la energía telúrica; la serpiente que muerde su talón.

Así queda claramente representado, mediante una pía imagen la fusión de estas dos energías, marcado para los que conocen el lugar prodigioso al que debemos acudir. Ya sabemos dónde, solo hemos de mirar el calendario para saber cuando.




martes, 10 de mayo de 2011

Mujer salvaje


Reconozco y reverencio a la mujer salvaje que llevo dentro, y no solo porque haya leído a Clarissa Pinkolas (que sí lo he hecho, por cierto).

Reconozco y reverencio al espíritu indómito que habita dentro de esta cincuentona, a ese espíritu que me ha manifestado muchas veces su esencia en lo más oscuro de un ritual o en medio de la naturaleza, la madre sabia.

Reconozco y reverencio en la esencia de ese espíritu indómito a todas mis antepasadas, yerberas y sacerdotisas, guardianas del espíritu de la verdad, custodias de los misterios de la tierra, paridoras y creadoras del mundo y de la humanidad, vírgenes guardianas de la llama sagrada, dulces doncellas y sensuales amantes, prostitutas y monjas, abuelas y solteronas...... todas ellas son las guardianas de la vida, las custodias de este pobre planeta hoy tan maltrecho.

Y tú, mujer que me lees, también eres una de ellas, tanto si lo sabes como si no. Busca en tu interior y bájate de esos absurdos tacones; borra de tu rostro por un rato esa tonta marca de carmín y siéntete libre; sal a la calle con tu blusa más vieja y amada y respira la vida que circula a tu alrededor.

Cuando te sientas preparada, busca a tus hermanas y comparte con ellas el misterio, comparte con ellas el Poder, ese inmenso y maravilloso Poder que llevas dentro y que puede darte el dominio del mundo, o algo más difícil todavía: el dominio y el poder sobre ti misma.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Sacar la basura



Nos preocupamos por lo que comemos y respiramos, seleccionamos la mejor calidad posible en estas cosas muchas veces y creemos que con ello ya somos seres más espirituales, olvidándonos de lo más importante: las impresiones y personas que alimentan nuestra mente.

A veces tenemos gente tóxica a nuestro alrededor y no nos damos cuenta de cómo esas personas nos envenenan el alma.

Quizá tengan la mirada dulce de las gacelas, o el gesto pausado del sabio o el santo, quizá su boca luzca una magnífica sonrisa a la vez que de ella salen sapos y culebras.... ¿sapos y culebras? pobres sapos y pobres culebras......

No , es basura putrefacta lo que esparcen a su alrededor, es insania maloliente, que enferma y debilita el corazón que se abre a su perfume.

No verás en sus palabras un sentimiento verdadero, no asomará jamás su corazón en su mirada o sus palabras, su abrazo será frío y distante, por más brillante y aguda que pueda ser su mente.

Sus astutos argumentos podrán convencerte de casi cualquier cosa, pero nunca verás sus teorías respaldadas por la acción, nunca sus dichos se corresponderán con sus hechos.

Te hablará siempre mal de los ausentes y elogiará a los presentes; no buscará la paz sino la guerra, nunca el amor sino el odio, jamás se acercará a la luz, e intentará arrastrarte hacia las sombras.

Tratar de cambiar a seres así no es bondad sino necedad, temeridad de locos, delirio de egos inflados.

Amigo, en circunstancias así, lo mejor es sacar la basura, arrojarla bien lejos y cerrar la puerta con llave.

No vaciles, da un portazo y saca a gente así de tu vida si aún no lo has hecho; a lo mejor tu ego se resiente y protesta, pero no le hagas caso, piensa en la salud de tu alma y no vaciles.


martes, 15 de febrero de 2011

Signos y constelaciones, sobre la polémica de los 13 signos


Un signo del zodiaco es un término astrológico que abarca una porción de la elíptica, exactamente, 30º. NO es lo mismo que una constelación.


Una constelación es una agrupación de estrellas; desde la antigüedad, muchas de ellas tienen nombres definidos, aunque se han descubierto otras nuevas. Pero son agrupaciones de estrellas totalmente convencionales y no se deben tomar como entidades con una existencia objetiva.

En el zodiaco astrológico se estableció convencionalmente desde la antigüedad que eran doce, dividiendo la rueda zodiacal en doce partes iguales, de la misma forma que dividió el año en doce meses. Otros sistemas astrológicos totalmente diferentes, como el chino o el indio, coinciden también en esta división en doce partes. Doce, número solar desde antiguo, de la misma forma que el trece es el número lunar.


Entre la constelación y el signo del zodíaco hay aproximadamente unos 30 grados de diferencia, debido al movimiento del eje de rotación de la tierra, que se estima en 10 grados aproximadamente desde la época de los griegos hasta nuestros días, imagínense que la estrella polar no estaba ni cerca del polo.....
Sabemos que el sol no pasa sobre las constelaciones del zodiaco con la misma duración de tiempo, ya que estas tienen diferente extensión en grados.

No es la constelación quién da sus características a un signo, solamente le da el nombre.

Desde mi punto de vista, es la energía que emana de ese cuadrante de 30º quién confiere unas características u otras a un signo, independientemente de la constelación que se sitúe en ese cuadrante. Y es el sol, con su paso, quién activa ese sector del cielo.

Creo que inventarse un Zodiaco de 13 signos rompe la armonía geométrica de la astrología, se separa de su esencia misma, y creo que quienes lo hacen no entienden la esencia de este arte y esta ciencia.

Las constelaciones apenas dieron nombre a los signos, porque de alguna forma había que nombrarlos, pero, repito no son los signos.

Se puede inventar un sistema nuevo; pero habrá que darle otro nombre. Todo esto os lo cuento porque "ahora han descubierto un nuevo signo del zodíaco" .....

Bueno, Ofiucus no tiene nada de nuevo, siempre ha estado ahí como constelación y ahí seguirá estando. Es conocida desde la antigüedad y no tiene nada de nuevo.

Si quien afirma que hay trece signos es un astrónomo, yo le diría que la astrología no es su ciencia, no tiene autoridad para decir que hay trece signos; si quién habla se dice astrólogo, yo le diría que puede creérselo, pero que realmente no lo es.

Creo que se trata de un nuevo ataque hacia la astrología, de querer hacernos ver que no es más que una sarta de disparates y contradicciones.

Yo sinceramente no sé cómo funciona la astrología, pero el hecho es que funciona. Pese a quién pese.